martes, 21 de marzo de 2017

Regresando del puente primaveral

Hola a todos, espero que hayáis disfrutado de este maravilloso puente de San José, hemos tenido un tiempo muy bueno.

Yo llevaba casi quince días enferma con una gastroenteritis aguda, pero mi doctora me recomendó salir fuera para tomar el aire y el sol y así de paso dar un respiro a Carmen que ha estado pendiente de mi como una buena enfermera y además sacando a pasear a la insaciable Cara que no se cansa de jugar a la pelota.

Nos fuimos a la finca pero allí siempre nos espera una sorpresa, hace un mes nos encontramos con que el aire había tirado una farola y parte del tejadillo que cubre la mesa grande de madera que hizo mi padre.


El sábado al llegar y abrir la reja nos encontramos con que una arizónica de las que rodean la valla, estaba caída y atravesada en el camino de entrada y no era pequeña precisamente mediría unos 9 metros, lamentablemente nos hemos descuidado con la poda y se han hecho árboles.


Afortunadamente cómo el coche de José tiene tracción a las cuatro ruedas e iba provisto de una eslinga de arrastre 4X4 se pudo mover el árbol lo suficiente para pasar el coche hasta la casa y luego desde allí arrastrarlo hasta arriba de la cuesta para que no estorbara.


Yo poco podía hacer, nada más indicarle para que no se rozara el coche demasiado y no se llevara por delante ninguno de los aspersores, pero uno ya estaba roto porque parte del árbol le cayo encima.


Cómo suele decir José Luis... “menos mal que me has traído hoy”

Y es cierto, a mí casi se me olvido hasta felicitarle por su santo. Pero ahora lo hago.


¡Gracias Pepito, eres un cielo! 

No solamente, moviste el árbol, sino que además arreglaste el aspersor roto y se pudo regar el césped y los árboles, el olivo está precioso y Cara ha pasado unos días estupendos jugando a la pelota sin parar y yo he vuelto un poquito más repuesta.

Desde luego si llego a ir yo sola, habría tenido que salir de la finca marcha atrás. 😪


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